Orange, mon coeur

Hoy creo que bien podría parecerme a la joven de las naranjas y sentirme como esas chicas a las que la paciencia les da la dignidad suficiente como para no lanzarse puente abajo en mitad de la primavera. (La soledad puede ser cruel de vez en cuando). Así que he decidido seguir comprando naranjas, ponerlas sobre una cesta y luego simular que estoy inspirada, que el objetivo es más simple: un cuadro en que aparezca una cesta llena de naranjas. De cualquier modo, lo que más me intriga de ser la joven de las naranjas, es la certeza con la que se trata cualquier tipo de espera. Esperarte y que me esperes. Dos años, es todo y es lo suficiente. Si me esperas, te regalaré ese cuadro. Hoy creo que bien podría parecerme a la joven de las naranjas. Me siento como esas chicas a las que la paciencia les da la dignidad suficiente, para no lanzarse puente abajo en mitad de la primavera (la soledad puede ser cruel de vez en cuando). Así que he decidido seguir comprando naranjas, ponerlas sobre una cesta y luego simular que estoy inspirada, que el objetivo es más simple: un cuadro en que aparezca una cesta llena de naranjas. De cualquier modo, lo que más me intriga de ser la joven de las naranjas, es la certeza con la que se trata cualquier tipo de espera. Esperarte y que me esperes. Dos años, es todo y es lo suficiente. Si me esperas, te regalaré ese cuadro.

2 comentarios:

Vania Varetto dijo...

hace cuánto ya te encontré!, cuando tu hogar tenía un decorado similar a este, de fondo blanco y letras negras, de simplicidad matinal.

Es como volver al principio pero con una historia que se narra mejor hacia atrás y no hacia adelante.
Aunque siempre hay un adelante.

Vania Varetto dijo...

(por cierto, soy otroinvierno, o en ese tiempo, hastaelolvido)